El reino prometido y el propósito de la iglesia.
Existe una verdad incuestionable en las escrituras que tratan de las cualidades de Dios. Específicamente en cuanto a que El es omnisciente y omnipotente. El en su conocimiento previo de todo, en base a su poder ha predeterminado la ruta de todas las cosas. A través de las sucesivas generaciones y a través de las edades o eras ha estado trabajando en todos sus propósitos, colocando todo conforme al propósito por el cual hace todo de acuerdo al designio de su voluntad. Después del diluvio Dios llamó a Abraham y entonces los hombres fueron divididos en dos grupos: Los hombres y Abraham con su familia. Luego de Abraham sale los Israelitas y la división entonces es entre los hombres llamados gentiles y los israelitas. Israel es llamado para dar testimonio a un mundo perverso del Dios creador de todo. Pero Israel se pervirtió y en vez de dar testimonio ellos mismos se convirtieron en un pueblo idolatra y alejado de la voluntad de Dios. En vez de ser testigos fieles a Dios ante el mundo ellos mismos se volvieron idolatras y adoptaron las costumbres de los pueblos paganos.
A partir del pentecostés Dios llama a otro grupo llamado “la iglesia” compuesto por judíos y gentiles. Elegidos no solo para proclamar el poder, justicia y sabiduría de Dios sino sobre todo su gracia. Proclamar la solución de Dios al pecado y la muerte a través de Cristo.
Cuenta de esto la da Jacobo en el pasaje de Hechos 15: 14-18:
Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
El propósito de Dios para esta edad presente es tomar un pueblo formado de todas las naciones y lenguas para llevar su nombre. Cabe aclarar que los propósitos de Dios en esta dispensación no es salvar a todos los hombres, sino formar un pueblo para convertirlo en instrumento mediante el cual el salvará a todos los hombres. En este momento el está capacitando a ese grupo y ese es el propósito de Dios en esta era actual de la iglesia. Sé que es traumático para muchos lo que estoy diciendo pero la conversión de todo el mundo no son los propósitos de Dios en este momento aunque miles de evangelistas en todo el mundo digan lo contrario. El propósito de Dios durante esta época de la iglesia es elegir una compañía electa que lleva su nombre formados con su naturaleza para revelar su gloria. Dios está formando su iglesia, la compañía del hijo varón o cuerpo de Cristo y esto ha estado en marcha desde el pentecostés.
En la verdadera iglesia Jesucristo primero establece su reinado y gobierno en el trono de la vida de los hombres. El plan de Dios es primero establecer su trono en los corazones de los hijos de su elección impregnándolos con la mente de Cristo y forjándolo en ellos de tal manera que puedan decir como Pablo: ya no vivo yo mas Cristo vive en mí. Lamentablemente la mayoría de los cristianos no llegan a esto. La mayoría viven jugando a la iglesia ocupados en programas carnales, ocupados en un sistema carnal y babilónico. Estoy convencido que esta dispensación final de la era de la iglesia debe ir acompañada por una manifestación gloriosa de los verdaderos hijos de Dios, el hijo corporativo madurado a la estatura de su propio jefe.
Dios nunca tuvo la intención de poner a gobernar a Cristo o su cuerpo sobre las naciones en esta dispensación actual. Su reinado se limita a ese pequeño grupo de seguidores que se llama la “iglesia”. A ese pequeño grupo que ha escuchado su vos y le sigue donde quiera que se encuentre. Estos son los hijos de Dios los cuales serán la encarnación misma de su gobierno divino. Esto parece ser un reino muy pequeño para un rey muy grande pero será un gobierno cuya autoridad está destinada a someter todas las cosas. Dios a través de este pequeño grupo está formando un gobierno un cuerpo de hijos gobernantes.
Dios está llamando a un pueblo para que lleve su nombre pero, ¿para qué? Para que proclamen su nombre ¿en este breve periodo? No es posible Jacobo continua diciendo: Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre.
Dios está formando su gobierno de hijos fieles y obedientes que se levantarán a su debido tiempo como reyes y sacerdotes preparándolos a través del fuego del sufrimiento: Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. (2Tim 2:12) y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. (Apo 5:9-10) Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; Apo 2:26-27 Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; Apo 14:4
En esta era de la salvación muchos ya están ordenados para vida eterna (Hechos 13:48) pero en los siglos o eras venideras habrá una demostración impresionante de la gracia y misericordia divina: Efe 2:7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. En donde el resto de la humanidad será reconciliado a través de este gobierno de sus hijos.
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, Daniel 2:44
